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Golpe de calor, qué es y cómo actuar

Golpe de calor es el aumento de la temperatura del cuerpo por:

  • una exposición prolongada al sol (insolación clásica); o
  • por hacer ejercicios, tareas en ambientes calurosos o con poca ventilación.

En estos casos el cuerpo pierde agua y sales para su buen funcionamiento. Cuando esto ocurre, el cuerpo no regula la temperatura por los mecanismos habituales, como la sudoración, por lo que se produce el aumento de la temperatura.

Ante la llegada del verano y de días calurosos, destacamos la importancia de conocer los síntomas y estar atentos para consultar a un médico de ser necesario.

Síntomas

  • Temperatura mayor a 39º C.
  • Sed intensa y sequedad en la boca.
  • Sudoración excesiva.
  • Sensación de agotamiento, cansancio o debilidad.
  • Mareos o desmayo.
  • Dolores de cabeza (sensación de latido u opresión).
  • Dolores de estómago, falta de apetito, náuseas o vómitos.

¿Cómo prevenirlo?

Para evitar un golpe de calor en zonas o épocas de altas temperaturas ─ahora que estamos en verano─ se aconseja lo siguiente:

  • Tomar abundante agua durante todo el día.
  • Evitar las bebidas con cafeína o con azúcar en exceso. También las bebidas muy frías o muy calientes.
  • Evitar las comidas abundantes y preferentemente consumir muchas frutas y verduras.
  • Reducir la actividad física en los horarios de mayor calor y evitar realizar entrenamientos intensos.
  • Permanecer en lugares ventilados.
  • Con los más chicos, nunca quedarse dentro de un vehículo estacionado y cerrado.
  • Evitar las bebidas con alcohol, ya que aumentan la temperatura corporal y generan pérdida de líquido.

¿Cómo debemos actuar si ocurre?

Lo primero es intentar bajar la temperatura del cuerpo con hielo o con un baño en agua helada.

Además es importante:

  • Ofrecer agua fresca (o incluso agua con una cucharadita de sal).
  • Trasladar a la persona a un lugar fresco y ventilado.
  • No administrar medicamentos antifebriles.
  • No friccionar la piel con alcohol.

El golpe de calor puede ser muy grave, en especial para los bebés y niños pequeños. Por eso, ante los primeros síntomas no demore en consultar al médico o acercarse al centro de salud.

 

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